¿Una startup, una ong o un centro cultural?

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El Centro Cultural de la innovación propone una metodología que combina elmentos de una empresa emergente, de una organización no gubernamental y de un centro cultural. En este artículo te explicamos cómo y porqué.

La lógica de una start-up

El concepto de la empresa del futuro se volvió tangible en inmediaciones del Silicon Valley. Fue en el método que cierto emprendedurismo empresarial adoptó con visión a mediano y largo plazo en California, encamarcado en el mote de Start-ups, o empresas emergentes.

En una startup el nivel de convicción debe ser muy alto, tanto que quienes las fundan son -a menudo- las únicas personas capaces de ver más allá de todos los desafíos y obstáculos que tienen por delante, mientras a su alrededor otras personas califican la apuesta como ingenua, o demasiado arriesgada. Quienes fundan son lideres resilientes, obstinados, creativos y rebeldes.

Compartimos en el CCi esa necesidad de ir más allá, de nadar el río entero para llegar al otro lado, de desafiar las fronteras de lo existente para sembrar el futuro hoy, día a día, en cada acción que emprendemos y cada estrategia que planificamos.

Eso si, lo hacemos porque nacimos en una cultura del parche, de salvese quien pueda, de mirada a corto plazo. Crecimos en un mundo con lideres incapaces de anticipar escenarios inciertos, y padecimos directamente las consecuencias de su pésimo manejo de crisis.

Por eso podemos decir que somos una start up, en tanto poseemos un espíritu disruptivo dispuesto a desafiar el status quo, evitando los lugares comunes de conformismo y mediocridad que definen al establishment institucional, gubernamental y comercial. Nos motiva la genuina búsqueda de mejores procesos, métodos y formas superadoras de hacer y reaccionar.

Somos sobrevivientes de una Argentina profundamente injusta, y por ello no vamos a rendir culto a la tradición conservadora de muchas organizaciones y sus fórmulas clásicas. Trabajamos buscando respuestas a una emergencia social, ambiental, laboral, educativa y cultural; no para intentar velvernos el próximo unicornio financiero.

Centro Cultural

Somos un centro porque nos conformamos como un espacio de encuentro, de reunión, de concentración de acciones, tareas y decisiones para el trabajo, la producción y la difusión.

Somos un centro cultural porque creemos que el diseño, la cultura, el arte y la comunicación son elementos imprescindibles para construir alternativas superadoras a los paradigmas presentes. Hay una profundidad en lo cultural que habilita una conexión enriquecedora para cada persona protagonista y destinataria de nuestras acciones.

Serlo nos diferencia fundacionalmente de una empresa comercial. Somos una organización donde la diversidad es bienvenida y se construyen mecanismos para priorizar la participación de las personas menos privilegiadas. Somos sostenibles y sustentables, no una máquina en perpetua búsqueda de mayor rentabilidad a cualquier precio.

Si bien entonces somos un centro cultural, consideramos que es fundamental formar lazos y exceder los límites geográficos, disciplinares e idiosincrácticos de nuestro mundo conocido. Somos una asociación civil, una entidad sin fin de lucro, una organización no gubernamental. Pero entendemos esta forma como una plataforma para poder llevar a cabo una agenda que impulsa transformaciones y se esmera por señalar el cómo.

La innovación como Bandera

La innovación como la entendemos en el CCi es la fuerza inventiva para alcanzar lo inalcanzable, para hacer posible lo imposible; y lejos de esas definiciones adaptadas por mercados financieros y corporaciones multinacionales, la innovación que hacemos en este mundo subdesarrollado implica generar excelencia desafiando toda barrera presupuestaria. Hacer lo mejor posible, aún con mucho en contra, aún con poco a favor.

Innovamos porque mientras vamos buscando cómo le hacemos, transformamos lo que haciamos ayer para acercarlo a lo que soñamos hoy, y en esa busqueda cambiamos, mudamos de piel, nos resignificamos y capitalizamos lo ínedito de nuestra identidad. Innovamos porque sabemos que no todo está escrito, y es en esa incertidumbre, en esas crisis, en esos vacíos; ahí es donde nos vamos a encontrar con la oportunidad para generar una realidad diferente.

Lo Digital como Territorio

El plano digitial nos separa de toda experiencia histórica previa. Esta diferencia funciona como terreno híbrido para gran parte de nuestro trabajo. Sentimos el plano digital como un territorio en despliegue, en continuo movimiento. Sabemos que en la bisagra entre estos 2 mundos hay lugar para la humanidad, para la cultura, para las nuevas alfabetizaciones y para un trabajo transdisciplinario sin precedentes. Establecemos lo digital como un terriorio y un puente para para la visibilización de nuestro trabajo y para maximizar su impacto.

Componemos así un sustrato enriquecido por cada componente, desde comunitario a lo transmedial, de lo institucional a la habilidad para adoptar cambios repentinos. Somos una ONG, una start-up y también un centro cultural.

¿Una startup, una ong o un centro cultural?
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