Nuestra identidad se redefinió a partir de febrero de 2020, las cosas ahora son diferentes de lo que hubieran sido sin pandemia, Ucrania, sequía, cryptos, inteligencia artifical y lo electoral. Lo político cambió, pero también el ambiente, como nuestra ciudad nos viene recordando dos veces al año.
Las opiniones no importan, las acciones impactan, y la suma de todo en el tiempo genera las transformaciones. Pero esta suma de cambios van mucho más allá de resultar injustos para grandes grupos de población, este conjunto de cambios acelerados afecta universalmente a cada ser humano y a cada posible descendencia.
Nadie está exento, no importa el precio que se pueda pagar, el dinero, aún en abundancia, no alcanza cuando el problema se volvió ambiental. Nuestra condición humana es la de sufrimiento en ascenso, si a estos cambios tan profundos no les acompañan innovaciones en el seno de nuestras instituciones, en defensa del valor de lo común, lo compartido, el componente humano.
Los congelamientos de sueldos en el hospital Garrahan, en las universidades nacionales, en el bono de jubilaciones y en las medias-pensiones para personas con discapacidad. Todas comparten una misma lógica: la autodestrucción. Las instituciones (mal llamadas empresas) de gestión privada no pueden funcionar en ausencia de las instituciones públicas, solo a partir de su presencia próspera puede la gestión privada rendir frutos de abundancia. Una minoría autoritaria decide negar esta realidad y con ella cada hecho derivado, negando así la verdad. Es momento de innovación.
El día de los humedales se celebra cada 2 de febrero, el próximo febrero recordaremos el granizo. El 22 siguiente es el día del agua, pero en Bahía Blanca lo anticiparemos cada 6 de marzo. Hemos asistido, con menor grado de conciencia, a un deterioro social y colectivo. Esa espiral avanzó hasta mojarnos las piernas, demostrándo en la propia fragilidad humana el límite para todo atropello. Nos resta el ejercicio de la agencia, el compromiso, la responsabilidad. Ante la peor equivocación solo sirve oponer organización y vocación de innovación.
